Conferencia



Dirigida a estudiantes de la carrera de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales tiene como propósito fundamental inspirar y fortalecer el sentido vocacional de quienes se están formando para ser educadores. Se trata de un espacio donde se reflexiona sobre el papel transformador de la docencia y se reconoce la importancia de enseñar historia y ciencias sociales como una herramienta poderosa para comprender la realidad, cuestionarla y construir un futuro más justo.

Esta conferencia gira en torno a temas esenciales como la educación como motor de cambio social, el papel del docente como formador de pensamiento crítico, y la relevancia de las ciencias sociales y la historia en la formación de ciudadanos responsables. En ella se invita a los jóvenes a mirar más allá de lo académico y a descubrir el impacto humano, ético y social de su labor docente.

Además, busca reforzar la motivación personal de los estudiantes, recordándoles que eligieron una carrera que no solo transmite conocimientos, sino que también moldea conciencias, despierta reflexiones y acompaña procesos de transformación personal y colectiva. Se habla del aula como un espacio vivo, donde cada estudiante representa una oportunidad de cambio, y cada clase es una posibilidad de sembrar valores, pensamiento crítico y amor por el conocimiento.

La conferencia también destaca el rol de la Universidad Nacional de Chimborazo (UNACH) como un entorno académico que promueve una educación de calidad, crítica y comprometida con la sociedad. Se reconoce a la UNACH como una institución que forma docentes con identidad, vocación y compromiso social, preparados para responder a los desafíos actuales desde una mirada reflexiva y solidaria.

Finalmente, el mensaje central de esta conferencia es claro: ser docente de historia y ciencias sociales es tener en las manos la posibilidad de influir en la manera en que los jóvenes entienden el mundo y su papel dentro de él. Es una invitación a seguir adelante con pasión, responsabilidad y esperanza. Porque enseñar no es solo un acto académico, sino un acto de amor y de fe en la humanidad.